Los inugami, literalmente diós-perro, son yôkai con aspecto de perro. Cuenta la leyenda que hace mucho tiempo un hombre decidió enterrar a su perro dejando al descubierto su cabeza, le puso comida cerca pero no a su alcance y el perro lleno de rábia y ansiedad acabó falleciendo. Poco después el espiritu del perro volvió del más allá y obtuvo nuevas habilidades, pero lejos de querer vengarse de su dueño decidió servirle. En otras versiones el dueño del inugami o inugami-mochi le corta la cabeza al perro para poder liberar al espiritu del yôkai.
Los inugami suelen ir acompañados de pequeños sirvientes llamados shirachigo.
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